En redes sociales se difundió un nuevo video de una casa invadida en el municipio de Chalco, Estado de México, este, salió a la luz, luego de los hechos ocurridos con Carlota «N». En este nuevo caso, la familia también acudió para hacer respetar su propiedad.

En el video, se escucha cómo una mujer, presuntamente la dueña de la vivienda, graba a dos jóvenes que se encuentran afuera del domicilio. Uno de ellos se queda parado y también la graba con su teléfono celular, el otro, escapa para evitar ser grabado.

Aunque el hombre se esconde a lado de un muro para cubrir su identidad, la mujer lo sigue, por lo que él comienza a amen…zarla:

«A mí no me saca […] a mí me vale ver…a. No se equivoque, pin…he vieja».

Pero, la dueña de la casa afirma que ella tiene otro video en el que se observa cómo el joven de la capucha instaló una cadena y un candado a la puerta del inmueble:

«Todos los que se metieron van a estar involucrados; él puso reja, él puso candados. […] Te grabé cuando estabas ahí colgado en la puerta y pusiste la cadena y el candado. Yo traigo la llave de la reja», asegura la mujer en el video.

En la grabación, la mujer confirma, con quien al parecer es una vecina de la localidad, que ella es la dueña de la casa invadida, pues ella también tiene mucho tiempo viviendo ahí:

«[…] La señora tiene años y me conoce que soy dueña, y no es de apenas», señala.

La vecina respondió diciéndoles: «Están en un problema, están en un problema serio».

Tras esto, el hombre encapuchado le dice al otro que no lo pueden sacar, que su mamá está trabajando, a lo que la dueña responde: «No, no te preocupes, aquí la vamos a esperar, así sean las 10, las 11, o la una de la mañana».

Cabe señalar que Chalco, es uno de los municipios con mayor crecimiento urbano en el oriente del Estado de México, por lo que enfrenta desde hace años una grave crisis relacionada con la ocupación ilegal de viviendas.

Muchas de estas viviendas fueron adquiridas a través de créditos de interés social, pero quedaron abandonadas por problemas económicos, inseguridad o falta de servicios básicos.

Ante este abandono, es común que grupos o familias sin vivienda ingresen y tomen posesión de casas deshabitadas, lo que ha generado numerosos conflictos entre posesionarios, legítimos propietarios y nuevos ocupantes. Situación que ha sido aprovechada por redes que se dedican a la venta ilegal de casas invadidas, lo que complica aún más la restitución legal de los inmuebles.

Estos conflictos por las viviendas suelen escalar a niveles de violencia, y en varios casos han terminado en agresiones físicas, amenazas o incluso homicidios, como el ocurrido recientemente con Carlota «N».

Comunidades de Chalco como San Martín Cuautlalpan, Santa Cruz Amalinalco y San Gregorio Cuautzingo, viven bajo constante tensión, por el temor a ser desalojados o víctimas de violencia por disputas que el Estado no ha sabido atender de forma eficaz.

Scroll to Top